El arte de la mentira, se cifra en sugerir que los temores más profundos, pueden realizarse.
El arte de mentir, consiste en ir soltando como al descuido, acotaciones circunstanciales y pistas falsas. Consiste en no decir el hecho, sino sugerirlo. El pequeño perverso que todos llevamos dentro, se encarga de lo demás.
Y ésta cuestión del ser atractivo ante las demás personas. Ser agradables a los demás, nos obliga a mentir sobre nosotros mismos, a crecernos. El atractivo es esa cautivadora malformación del carácter que en buena medida consiste en decir a los demás, lo que desen escuchar de sí mismos, esas dulces mentirillas retóricas que hacen creer a nuestros debilitados egos que tenemos cierta importancia.
Tomado de la novela de Felipe Soto, editor de la revista Chilango “Verloso, artista de la mentira”. Editorial Mondadori