Ante lo cual, no queda más que decir…

Chales!!!!!

Revisé, y el noveno mandamiento, amén de lo divino, coincide, no obstante la pluralidad de las doctrinas que lo enlistan.

Mi punto es: Que lo anterior me indica por sentido común, que no debería ser de opción múltiple cuando se trata de respetar al prójimo; o bien al próximo; al más cercano; al que tienes en frente pués, o al teléfono en mi caso. Hay quiénes utilizan como estandarte de su soberbia pretensión, una supuesta honestidad, pero lo que los mueve en realidad es un afán impositivo y egoista. Tratan de sobrecogernos para que su «velda» sea la que priva ante todo.

En lo personal, he aprendido de lo que he vivido, (por favor discúlpame Isela) y he puesto en práctica conceptos a los que me he concatenado porque he comulgado con ellos, y si en honestidad pienso ahora, me gusta tratar de practicar una actitud de delicadeza circunspecta, lo más llana y cierta que mi conciencia me permite, y ahora trato de que ésto no me implique lastimar, ni pisar, los sentimientos, creencias y derechos de los demás. Y si de escuchar se trata, puede ser que no me guste, incluso que no aquiescente lo que de otras bocas escucho, pero ésto no exime al otro de que diga las cosas con inteligencia, con responsabilidad y cortesía, con comedimiento, con retroalimentación. Ya que salvo la respetable opinión de la otredad, para mí no es moral hacer dictámenes acerca de la forma de vida de los alguienes que te rodean, por respeto y escrúpulo, no sabemos la película que los demás traen proyectada, y quién y en base a qué, puede discernir sobre lo que está correcto o incorrecto, si a todos nos gustan géneros distintos. «Lo que es alimento para un hombre, es veneno amargo para otros» (Lucreci 99 a.C. 65 a.C.). Deberíamos temer de nuestras palabras y del impacto que podrían causar en algunos, o ¿tenemos el derecho de marcar la vida de los demás?, deberíamos temer de nuestra lengua filosa, le escuché decir un día a una gran maestra, ya que podríamos cortarnos con ésta nuestra propia garganta. ¿Debemos levantar tolvaneras si sabemos que somos tan inestables que luego nos quejaremos de no poder ver?

El vivir experiencias así, te convidan a la reflexión, me importa mucho llevar al día mi conducción así conmigo, así con los demás, trato de no subestimar o ignorar el valor e impacto de mis acciones y mesuro mis palabras. Procuro ser conciente, pero aún cuando me equivoco e inconcientemente altero a alguién, he aprendido a tener humildad, revirar y pedir disculpas.

Para ello, trato de tener claros mis valores aunque sean los menos, para que me cuiden y a su vez cuidar a los demás de mí misma, y no venga cualquier manipulador disfrazado de «amigo» a seducirme y a venderme sus realidades, que dicho sea de paso, sabrá él, en que esquina las vende.

Es muy fácil estriñir nuestras emociones y sufrir hiperalgia en éstas, no sé, y si tomaramos naturetti o gerber de ciruela pasa, incluso la pomada de la campana dicen que funciona para todo… No en serio, pasémonosla más alivianados. Láxemonos periódicamente, o desabrochémonos las agujetas al llegar a casa, o algo… O no.

En fín, cada quién su colon y sus miedos a respirar y transpirar…

Mi récord me dicta que se trata más de sumar que de restar, total si algo percibo nocivo le doy valor «jitomate» y punto, pero no lo resto, porque hasta de los valores, digámos cero, aprendo directa o indirectamente.

Yo no resto, y puedo tolerar y manejar muy bién las creencias o prácticas de los demás cuando difieren de las que me he apropiado; antes me depuro de cualquier prejuicio, pero en aras de respetar mi propia dignidad, no puedo permitirme, que alguién venga de a pie, hasta mi espacio vital, a transgredirme.

Bien quisiera poder minimizar el potencial, que tiene ésta amistad, de convertirse en una relación arbitria y tóxica, porque me gustaría mucho rescatar la buena adolecencia que pasamos juntos y el maravilloso ser que percibo es, al menos en lo que hasta ahora en él he podido leer, pero como le hago para compartir con alguien que sufre enojos permanentes, porque no cedo a sus caprichos y recrimina a cada inhalación por cuán decepcionado está de mí, al no parecerme al ideal que de mí se formó durante (5-3+8..) como sea, el mucho tiempo que no supimos el uno del otro!!!!!

Pero pus si yo no lo aticé. ¡¿?!

Deja un comentario